El legado de humildad del Papa Francisco

Papa Francisco

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El Papa Francisco quería una revolución en la Iglesia que todavía espera resultados. https://www.lefigaro.fr/actualite-france/le-pape-francois-a-voulu-une-revolution-de-l-eglise-qui-attend-encore-ses-resultats-20250421

Por otro lado, en medios como The New York Times y Le Figaro, la atención ha estado centrada en una noticia luctuosa de gran relevancia mundial: el fallecimiento del Papa Francisco. El sumo pontífice de la Iglesia Católica Romana falleció el 21 de abril de 2025 a los 88 años, tras sufrir un derrame cerebral y un paro cardíaco. Fue el primer papa latinoamericano y el 266º en la historia de la Iglesia.

Francisco fue un líder profundamente comprometido con la reforma eclesiástica. Su legado incluye una visión más pastoral, inclusiva y descentralizada de la Iglesia. Desde su elección en 2013, impulsó la participación de laicos y mujeres en el gobierno eclesial, y abogó por los derechos humanos, en especial de los grupos históricamente marginados. Su encíclica Laudato sí marcó un hito al colocar la ecología y el cuidado del planeta como preocupaciones centrales para los católicos.

A pesar de sus esfuerzos, muchas de sus reformas encontraron resistencias internas.

El sínodo sobre la sinodalidad, iniciado en 2021, integró por primera vez a mujeres y laicos en temas tradicionalmente reservados al clero, aunque muchos de los cambios deseados no llegaron a concretarse del todo.

En vida, el Papa Francisco reformó también los rituales funerarios papales, buscando reflejar su espíritu de humildad:
• Se eliminó el uso de tres ataúdees tradicionales, optando por uno solo de madera con revestimiento de zinc.
• Se suprimió la exhibición del cuerpo sobre un túmulo elevado, colocándolo a nivel del suelo junto a un cirio pascual.

El funeral se celebrará el 26 de abril en la Plaza de San Pedro y, rompiendo con la tradición vaticana (no es fue el único, pero esto expresa su método revolucionario), será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, reflejando su devoción a la Virgen María.

Cabe conocer, la Iglesia Católica tiene un conjunto de normas legales que regulan no solo su estructura organizativa y sus procedimientos internos, sino también aspectos ceremoniales fundamentales, como el tratamiento de la muerte de un Papa. Este procedimiento está regido por el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, un documento litúrgico que establece las reglas y ritos que deben seguirse al momento del fallecimiento de un Papa. Entre los aspectos regulados se incluyen las ceremonias funerarias, el manejo del cuerpo del Pontífice, y el procedimiento para la elección de un nuevo Papa. Tradicionalmente, el Papa fallecido es enterrado en el Vaticano, pero en el caso reciente de la muerte del Papa Francisco, se ha decidido sepultarlo fuera de este, en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, lo que marca un quiebre con la tradición.

Además, tras la muerte del Papa, el Camarlengo, una figura clave en la jerarquía eclesiástica, es responsable de realizar el rito de confirmación de la muerte y de supervisar la destrucción del anillo papal. Este conjunto de regulaciones asegura que el luto, el funeral y el cónclave para elegir al nuevo Papa se realicen de acuerdo con las normativas históricas y los cambios implementados por papas anteriores, como fue el caso de Francisco al simplificar los ritos funerarios.

La partida del Papa Francisco representa una gran pérdida para la humanidad, tanto para creyentes como para no creyentes. Su liderazgo fue un reflejo de su profundo compromiso con una Iglesia más cercana a los problemas sociales, más inclusiva y sensible a los desafíos ecológicos del mundo moderno. Desde su elección en 2013, Francisco promovió una visión renovada de la Iglesia, buscando un enfoque pastoral que priorizara a los más necesitados y luchando por una mayor apertura hacia aquellos tradicionalmente marginados.

Su visión de una Iglesia que no solo se limita a las paredes de las iglesias, sino que se extiende a la lucha por la justicia y la paz, resonó especialmente entre la juventud, quienes vieron en él un líder dispuesto a desafiar las tradiciones rígidas para abrazar una espiritualidad más humana y abierta.

La vida y el papado de Francisco reflejan un compromiso con la transformación de la Iglesia, que buscaba ser menos institucional y más orientada al servicio de la humanidad. Su énfasis en la humildad y el servicio, y sus reformas, como la simplificación de los ritos funerarios papales, mostraron su voluntad de cambiar no solo los procesos externos, sino también la forma en que la Iglesia se relaciona con el mundo. Sin duda, su legado permanece, ya que continúa inspirando tanto a creyentes como a líderes de otras religiones y sectores sociales a trabajar por una sociedad más inclusiva y equitativa.