La conmoción que ha ocasionado el golpe de Estado en Níger no ha sido en vano, y es que todo se conecta con la pasada cumbre Rusia-África, que se celebró en San Petersburgo, acto en el que también se ha informado de la firma de contratos de cooperación técnico-militar, a los que suministraron una amplia nomenclatura de armas y equipos de defensa con más de 40 países del continente y a la vez la promesa de Rusia de brindar a seis países africanos cereales, quienes han sido afectados por la guerra con Ucrania, dado que eran su mayor importador de granos.
Níger es una de las pocas democracias que quedan en el cinturón del Sahel que se extiende por todo el continente africano, pero después de que el Ejército tomara el poder, preocupa lo que esto puede significar para la conflictiva región.
El presidente de Níger es el último jefe de Estado civil que quedaba en el Sahel, una región en la que todos los presidentes son militares y tres de sus cinco países están ahora gobernados por una junta golpista. En Mali y Burkina Faso las juntas militares llegaron al poder en 2021 y 2022, respectivamente, apoyadas ambas por Rusia. En el caso de Mauritania, el presidente -también militar- fue elegido democráticamente, y en Chad gobierna desde 2021 el general Mahamat Idriss Déby Itn, hijo del mandatario que dirigió el país con mano de hierro desde 1991.

Níger es una importante alianza para el mundo occidente, aunque es uno de los países más pobres del mundo, tiene una economía basada en la agricultura de subsistencia, de la que vive alrededor del 90% de la población, pero entra en el top 10 de productores mundiales de uranio, según datos de la World Nuclear Association.
El golpe militar amenaza con desbaratar la estrategia de los países de Occidente para combatir a los islamistas a medida que se expanden por el continente y podría otorgarle a Rusia una ventaja estratégica en su intento por ampliar su propia influencia en la región.
Este golpe de Estado representaría un fuerte impacto a la llamada democracia, sin embargo, otros lo ven desde el punto de vista del retiro de presencia occidental dentro de los territorios africanos, una mayor independencia y lucha para obtener su propia libertad del colonialismo. Por otro lado, tenemos que entender la relevancia que tiene Níger como uno de los mayores productores de Uranio, que son utilizados como fuente de energías nucleares.
Se podría decir que hay dos lados de la moneda y las perspectivas varían, el discurso detrás de la acción golpista está lleno de referencias indirectas al poder neocolonial francés y sus consecuencias en el pueblo de Níger. Banderas francesas quemadas y cánticos en contra de París se pudieron ver y escuchar en los disturbios frente a la embajada francesa en Niamey y aunque la nueva Junta Militar no ha estructurado una postura política explícita contra Francia, por ahora. En paralelo, se vieron banderas rusas, por la cercanía de los nuevos mandos gubernamentales con el Kremlin y sus esferas paramilitares como Wagner.
Los ojos del mundo se vuelven a posar sobre África una vez más para ser testigos del futuro político que le espera a Níger, el desenlace de este momento histórico tiene relevancia al futuro del rumbo que se tomara globalmente.