La reelección de Donald J. Trump y la imposición de aranceles generalizados a las importaciones han reactivado una transformación profunda del orden financiero internacional. Ya no se trata únicamente de proteccionismo económico: el comercio se ha convertido en una herramienta de confrontación estratégica y las finanzas, en un nuevo campo de batalla global.
Este artículo delinea cómo la política arancelaria estadounidense actúa como forma de guerra híbrida, desestabilizando las cadenas de valor globales y utilizando el dólar como arma geopolítica. La instrumentalización del sistema financiero —vía exclusiones del sistema SWIFT, sanciones extraterritoriales o bloqueos de activos— genera una ola de respuestas defensivas: desde la creación de monedas digitales soberanas hasta el fortalecimiento de plataformas regionales de pagos y bolsas de commodities alternativas.
El estudio plantea cinco escenarios prospectivos para el sistema financiero global:
- Fragmentación funcional: el dólar pierde centralidad relativa mientras emergen nodos regionales con monedas propias y sistemas de pagos autónomos.
- Regionalización monetaria: el mundo se reorganiza en tres grandes zonas de influencia (dólar, euro, yuan), cada una con reglas y alianzas geoeconómicas propias.
- Militarización financiera: EE.UU. consolida el uso del dólar como arma de disuasión, provocando respuestas como el uso de stablecoins respaldadas en oro y redes criptoestatales.
- Soberanías resilientes: regiones como Europa, América del Sur o el Sudeste Asiático desarrollan infraestructuras financieras compatibles, pero no subordinadas al sistema dólar.
- Continuidad multilateral: a pesar de las tensiones, las instituciones como el FMI, la OMC o el G20 logran mantener un mínimo de cooperación y estabilidad global.
El caso de Europa es especialmente crítico. La UE debe decidir entre continuar como engranaje técnico de un sistema en declive o afirmarse como bloque estratégico con capacidad autónoma. Esto exige no solo fortalecer el euro digital y las infraestructuras de pagos propias, sino también crear una Agencia Europea de Inteligencia Financiera Estratégica que actúe con visión geoeconómica.
En suma, la era del multilateralismo ingenuo ha terminado. Lo que está en juego no es solo el modelo económico global, sino la soberanía funcional de los Estados en un orden fragmentado, competitivo y profundamente politizado. El futuro del sistema financiero internacional no será un regreso al pasado, sino la construcción de nuevas arquitecturas en medio de la turbulencia.
Fuente: FERNÁNDEZ CELA, Juan Carlos. Trump y la fractura del orden financiero global: cinco escenarios prospectivos. Documento de Opinión IEEE 33/2025. enlace web IEEE (consultado 26/05/2025).