En nuestro pequeño Panamá, estamos como la caja de pandora, salen a relucir hechos o circunstancias, cuyas consecuencias inciden directamente en el sector empleador, sector trabajador y sector gobierno, lo que nos incluye a todos los panameños en los diferentes roles que nos toca desempeñar, como lo es el contrato minero, que luego de protestas y voces en contra y a favor el Órgano Ejecutivo, por solicitud de la Asamblea Nacional optó por retirar el documento y ya se habla de seguir negociando con Minera Panamá, los procesos y sentencias de casos de corrupción, la visita in situ del Gafi, la desmejora de la calificación crediticia de estable a perspectiva negativa por la calificadora de riesgo Fitch Ratings, por mencionar algunos hechos.
Mientras todo esto sucedió, de manera paralela iniciaron las reuniones para determinar la fijación o no del salario mínimo en Panamá, como ocurre cada dos años.
Conforme lo dispone el artículo 174 del Código de Trabajo, el salario mínimo será fijado periódicamente, por lo menos cada dos años, atendiendo a la recomendación de la Comisión de Salario Mínimo y por Decreto Ejecutivo.
Cabe indicar que, mediante Decreto Ejecutivo No.74 de 31 de diciembre de 2021, se hizo el último ajuste salarial para aquellas actividades que habían presentado algún nivel de recuperación en el año 2021 comparado con el año 2019.
Dentro de las actividades a las que se les aplicó el nuevo salario mínimo, podemos mencionar entre otros a la actividad de la agricultura, pesca y ganadería; servicios sociales, financieros y de salud privada y servicio doméstico.
El pasado 30 de agosto de 2023, el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral, llevó a cabo el acto de toma de posesión de la Comisión Nacional de Salario mínimo 2023, la cual se encuentra integrada de manera tripartita, por representantes a la Confederación Nacional de Unidad Sindical Independiente (CONUSI) y del Consejo Nacional de Trabajadores Organizados (CONATO) en representación del sector trabajador; por el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CoNEP) y la Cámara Panameña de la Construcción (CAPAC) por el sector empleador y por el sector gubernamental por el Ministerio de Comercio e Industrias, el Ministerio de Economía y Finanzas, el Ministerio de Desarrollo Agropecuario y el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (MITRADEL).
Sobre el particular, queremos comentar que los países utilizan diferentes metodologías o fórmulas para informar el proceso de decisión en materia de ajustes del salario mínimo; sin embargo, una metodología o fórmula de ajuste para fijar o no un salario mínimo en ningún caso debería substituir al diálogo social.
Con respecto al término diálogo social, la Organización Internacional del Trabajo ha señalado que “No pueden lograrse términos equitativos de empleo, condiciones de trabajo decente, seguridad y salud en el trabajo y desarrollo para el beneficio de todos sin la participación activa de trabajadores, empleadores y gobiernos mediante el diálogo social. La OIT define el diálogo social como todo tipo de negociación, consulta o sencillamente intercambio de información entre representantes del Gobierno, trabajadores y empleadores, sobre asuntos de interés común relativos a políticas económicas y sociales. El diálogo social toma muchas formas diferentes. Puede existir como proceso tripartito, con el Gobierno como parte oficial del diálogo, o puede consistir en relaciones bipartitas entre los representantes de los trabajadores y la gerencia de una empresa (o entre los sindicatos y las organizaciones de empleadores a niveles más elevados).”
Somos creyentes que la fijación o no de un salario mínimo, debe ser producto del consenso entre las partes, es decir, entre los empleadores y los trabajadores, lo que no debe verse de manera aislada, sino que tiene que formar parte de un conjunto de políticas económicas y sociales integradas para lograr un crecimiento sostenido, inclusivo y sostenible.
Falta mucho camino por recorrer, dado que solo se han realizado pocas reuniones y de acuerdo al cronograma para el período de consultas que se llevará a cabo en todo el país, será abierto, tomando en cuenta a cada uno de los sectores de la sociedad, donde se estará sometiendo a solicitud previa, la participación de los gremios y organizaciones, sin distinción, para que presenten sus propuestas e inquietudes.
La última reunión de la Comisión de Salario Mínimo se realizó en la provincia de Chiriquí y así se tiene programado hacer consultas en las provincias de Veraguas, Herrera, Los Santos, Coclé, Colón, Panamá Oeste y Panamá Este, con la finalidad de escuchar a la gente y buscar las distintas opiniones hasta lograr el consenso.
A lo largo de los años, se ha traído sin éxito alguno a las negociaciones de salario mínimo la figura de la productividad, es por ello, que hago mención a que en días pasados el Centro Nacional de Competitividad y la Secretaria Nacional de Ciencia y Tecnología e Innovación presentaron al país el informe denominado Productividad Sectorial en Panamá, Análisis de los Resultados en la Medición de la Productividad en Sectores Seleccionados, el cual resulta de suma importancia para el tema de la fijación de los salarios mínimos.
Los invito a que lean el informe y saquen sus propias conclusiones, pero solo me permito citar un aparte del mismo “Como se explicó anteriormente, la contribución al producto nacional y sectorial puede dividirse en trabajo, capital y su combinación a través de la organización, considerando también el contexto institucional, según los supuestos metodológicos del modelo. En este sentido, la productividad laboral, que es la capacidad de un trabajador para contribuir más allá del aporte de los insumos necesarios para su producción, juega un papel importante en esta descomposición. Mientras el capital genera una ganancia fija con respecto del uso del financiamiento y el proceso técnico productivo, la productividad es variable y depende del esfuerzo y la capacidad de organizar mejor el trabajo de las tareas. Por lo tanto, si un sector muestra una mayor productividad, se espera que esto se refleje en mejores condiciones salariales para los trabajadores. En caso contrario, si la productividad refleja otras consideraciones como la productividad negativa, también debe tenerse en cuenta en la contratación y remuneración del sector.”
Pensamos que el sector empleador será reiterativo en que para la fijación o no de un nuevo salario mínimo, se tome en consideración la productividad, a fin de hacer equitativo el aumento. Lo cierto es que las negociaciones deben terminar el próximo mes de diciembre; esperemos que se pueda lograr un consenso entre el sector empleador y trabajador, de no ser así corresponderá al Ejecutivo fijar o no el nuevo salario mínimo, que empezaría a regir el 1 de enero de 2024.